Es Javi quien, susurrando porque está en la oficina, va contactando con los demás para confirmar un bolo en un festival de nosequé. Arturo, como siempre, está disponible. El grupo es el grupo. Nauzet lo tiene más difícil. Aquel fin de semana tenía un concierto en una boda, pero terminó haciendo un esfuerzo titánico, cargando con todo el equipo, (amplis,guitarra, maleta) nada más terminar para llegar a tiempo a la prueba de sonido. Tranquilo Nau, unas cervecitas y se te pasa.Sólo falta Iván, y él se apunta a lo que sea.Hace unos dos años se encontraron por primera vez, Abril de 2007, en una tarde cualquiera de miércoles. Algunos ni siquiera se conocían entre ellos, pero tenían nexos; el guitarra había tocado con el bajista y con el batería en distintos grupos y distintas épocas, el cantante conocía de la península al batería… eso, y el rock. Y el funk. En aquel primer miércoles no se imaginaron lo que iban a conseguir, pero ya sabían que podían hacerlo. Y se dedicaron a ello…
“Cada cierto tiempo me separo del micro y recuerdo que estoy grabando una canción preciosa. Rescato momentos en los que estábamos componiéndola en algún parque donde ojos extraños no adivinarían nunca dónde iban a terminar aquellas ideas. Vuelvo al micro y me dispongo a doblar voces. En una décima de segundo otra pregunta; ¿estoy en Sabadell matizando y dando forma a ese sueño lejano llamado mi primer disco? No hay duda de que así es. Canto. Doblo. Pruebo. Estoy muy lejos de casa y Tato me dice que… ¿Tato? ¿Tato Latorre? Efectivamente. Se dibuja una leve sonrisa en mi cara porque de repente empiezo a sentir algo. Diferente de lo que había sentido en otras ocasiones:siento que estoy en el lugar adecuado haciendo lo que más me gusta en esta vida. Además, me convenzo de que estoy con la persona conveniente. Me lo dicen mis sentidos y, especialmente, mi vida. Mi vida, tan larga y tan breve a la vez.
Con esta frase y una llamada de teléfono al móvil de Tato mi cerebro me remitió al verano de mis catorce años. Me remitió a mi familia, a mis amigos, a las mujeres de mi vida. Paseé por Arguineguín en los 90 y volví a jugar a las chapas en el portal de mi casa con el vecino de enfrente. Mi vida. Tan larga y tan breve a la vez. Y desde allí, desde aquel portal y desde aquellas playas, desde el sillón donde veía la novela con mamá y el fútbol con papá, desde el patio del instituto y el aula de estudio de la facultad, desde mi primer coche y mi primer paseo con mi primera piva… desde allí me ví en el estudio grabando y pensé que, precisamente, ése era mi destino. Aquel niño desapareció repentinamente tras una frase perfecta en aquel espacio y aquel tiempo;
“ Ser. Tan sólo ser”.
Otra sonrisa.
Iván Torres,cantante de Efecto Pasillo, a veces se pone tierno. Esto era un extracto de una carta que nos remitió (vía mail, por supuesto) al finalizar las grabaciones en La Sucursal. No obstante, resume bastante bien las impresiones de todo el grupo, esa sensación de seguridad y de confianza en nosotros mismos, de que estamos en el camino.Todo comenzó con un concierto benéfico. Seis canciones con las que empezamos nuestra andadura. Seis canciones que nos salieron del alma, en un tiempo record. Unos pocos ensayos y ya estábamos ansiosos por subirnos al escenario, con ganas de dar espectáculo y diversión a todo aquel que quisiera vernos.Unos pocos conciertos más y ya habíamos ganado nuestro primer concurso. Es un buen comienzo, el público se empieza a quedar con las canciones, tararean estribillos… No queremos quedarnos atrás, pasan unos pocos meses, conciertos aquí y allí, y decidimos grabar la primera maqueta.Empezamos, aproximadamente en Octubre de ese año, a darle forma a nuestra primera grabación en los estudios LaNotta. Grabamos unos siete temas, de los que seleccionamos cinco para incluirlos en lo que sería nuestra demo; “En el aire”, título homónimo al de una de nuestras primeras canciones, así como elsentimiento que teníamos de que la banda “flotaba”, y seguro que aterrizaría en buen lugar.
Pasan unos meses, con más conciertos, concursos y festivales, dando saltitos también por la península y las islas cercanas, algunas entrevistas de radio e incluso un spot publicitario. Entonces nos percatamos de que nuestra carrera hasta el momento ha ido en continuo ascenso, y que ahora no vamos a detenernos en el momento más importante, y tal vez también el más difícil. No nos conformamos con la excusa de que la música es muy dura, es imposible ganarse la vida tocando lo que te gusta, o que la insularidad nos resta muchas posibilidades. No nos rendimos, y luchamos por lo que queremos.
“La sensación es abrumadora, el calor insoportable. El sudor ya no te gotea, cae en riachuelos de adrenalina. El lugar está lleno, no cabe un alma, incluso alcanzas a ver, allá al fondo, que unos pocos empiezan ya a subirse a las mesa y bidones. El foco en la cara, lo ves todo naranja. Te asustas, crees que de un momento a otro puedes desfallecer, y es entonces cuando ves las caras. Caras de felicidad. Caras que ríen, que gritan, que cantan. Y cuerpos que bailan, y saltan, y se rozan. En ese momento tu cuerpo no importa, eres tu instrumento, eres la música que llena de felicidad esas caras, y cuando te sientes así, ese pequeño bar de Fuerteventura se convierte en un estadio cualquiera, y esa gente que fue a tu concierto se convierte en parte de tu alma, de tu vida.”
Esta lucha,traducida en un envío masivo de maquetas a productoras y discográficas, dio sus
frutos coincidiendo con el primer aniversario del grupo, cuando Tato Latorre, importante productor nacional, se interesó por nuestra música. Tras su primera visita, y unos días de encierro en el local, se ofreció a grabarnos el disco en La Sucursal, su estudio de Sabadell.
Entramos entonces en una fase febril de composición y criba de canciones, buscando la “luz” que nos caracteriza. Días interminables en el local, viajes de Barcelona a Las Palmas, parques, guitarras, más conciertos, humos y humores, concluyeron en nuestro viaje al estudio. Una sensación indescriptible se apoderó de nosotros, sólo traducida en las “potentes bases rockeras, estribillos con gancho, y melodías que llegan a lo íntimo” con las firmamos nuestro primer disco.
Un disco en el que ha participado todo un elenco de músicos de prestigio, y que cuenta con la colaboración de grandes artistas como son el también canario Mensey o la sevillana Mafy.
Un disco que verá la luz en Octubre de 2009, con doce canciones que pretenden demostrar que puedes hacer lo que quieras con paciencia y trabajo duro.Un disco que es un pedacito de nuestra alma.
Un disco que es para ustedes.
HUMILDAD ANTE LA GRANDEZA DE UNA ILUSIÓN.
RESPETO ANTE EL TRABAJO QUE SE HACE CON EL ALMA.
CONFIANZA EN EL CONVENCIMIENTO DE HACER LO QUE ME GUSTA.
VALOR PARA ACEPTAR QUE, DEFINITIVAMENTE, ESTOY EN EL CAMINO.
Efecto Pasillo.
Julio de 2009.
ACEPTAR QUE, DEFINITIVAMENTE, ESTOY EN EL CAMINO.
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